Podríamos decir que la primera motocicleta de la historia se atribuye a Sylvester Howard Roper que en 1867 inventó una bicicleta equipada con un motor de vapor de dos cilindros. El siguiente paso importante sucedió en 1885, cuando Gottlieb Daimler introdujo la primera motocicleta de gasolina del mundo, que venía a ser una bicicleta de madera con un motor acoplado.
Se ha escrito mucho sobre el origen de la motocicleta pero muy poco sobre las prendas que vestían los primeros moteros de la historia y cómo evolucionó este tipo de indumentarias a lo largo de los años.
Cuando empecé a investigar sobre el tema, me pareció curioso comprobar que esta ropa, al igual que las motocicletas, evolucionó de distinta forma en uno y otro lado del charco.
La ropa campestre, de los vaqueros y jinetes a caballo y las dos guerras mundiales, fueron decisivas y marcaron el look de los primeros bikers de la historia.
Los primeros tiempos
El Traje de tweed, era un tejido de lana áspera, cálido y resistente, originario de Escocia que, tradicionalmente, era utilizado como prenda de vestir campestre por la clase alta anglosajona por su resistencia a la humedad y la lluvia. El tweed se hizo muy popular entre la clase media adinerada, asociándose con las actividades de ocio de la élite. Debido a su durabilidad, las chaquetas de tweed Norfolk y los bombachos se hicieron muy pronto populares entre cazadores, ciclistas y golfistas y, como no, entre los primeros automovilistas y motociclistas. (En la imagen, a la Izquierda, Lawrence de Arabia con su Brough Superior (1919-1921)).
Otros tres elementos característicos, heredados de los jinetes ecuestres de la época, fueron la gorra plana, los guanteletes y las botas largas de montar.
Mientras, en los USA, a principios de los 20’s, el motociclismo de competición se hacía muy popular y la prenda elegida por los corredores fue el jersey (Sweater) de lana de colores. Los Sweater eran ajustados para evitar que el viento los agitara, y mostraban el nombre de la marca de motocicletas o del club bordado en la parte delantera, normalmente con letras de fieltro. El Sweater de competición se convirtió pronto en un distintivo de honor, tanto para los corredores de motos como para los clubes.
Las chaquetas.
A medida que las motocicletas se volvieron más rápidas, crecía la necesidad de una ropa que protegiera mejor tanto de las inclemencias del tiempo como de las caídas. Así, se recurrió a la gruesa piel de caballo de los abrigos militares de la era de la Primera Guerra Mundial como elemento protector.
En 1920 los hermanos Irving y Jack Schott se convirtieron en el fabricante oficial de un importante distribuidor de motocicletas Harley Davidson, llamado Beck, que publicó un catálogo de distribución a nivel nacional para casi todas las tiendas de motocicletas del país. Pasado unos años, Schott se convierte en el primer fabricante en poner una cremallera (inventada por Gideon Sundback en 1914) en una chaqueta.
Pero no es hasta 1928, cuando Irving Schott crea la primera chaqueta de cuero específica para el motociclismo. Su cigarro puro favorito, el Perfecto, daría nombre a esta chaqueta que, originalmente, se vendió al por menor por $5.50 en un distribuidor de Harley Davidson de Long Island. Con el tiempo, la chaqueta de cuero negra Perfecto se convertiría en sinónimo de motociclismo. Este fue el comienzo de la historia de una de las prendas más icónicas del vestuario de un motero.
A principios de la década de 1940, la compañía de Schott se hizo tan popular en Estados Unidos que recibió un pedido importante del Departamento de Defensa. Este evento marcó un nuevo hito en la propagación de las chaquetas de cuero. Ahora, no solo se empezaba a ver motociclistas con chaquetas, sino también pilotos militares. Los aviones de esa época no tenían cabinas presurizadas y, para protegerse del viento y el frío, los pilotos vestían chaquetas con cintura estrecha y mangas alargadas, hechas de una densa piel vacuna. Las principales características distintivas de estas chaquetas eran: el cinturón en la parte inferior, los bolsillos con cremalleras (en lugar de botones) y, por supuesto, la cremallera inclinada que se extendía desde el hombro izquierdo hasta el muslo derecho, lo que proporciona una gran protección contra el viento. Curiosamente, todos estos elementos de diseño se han mantenido sin cambios hasta el día de hoy.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, los veteranos regresaron a casa llevando sus chaquetas de cuero de combate. Tras la guerra, muchos de estos veteranos se engancharon a las motocicletas como vía de escape y, con el dinero que ganaron durante la guerra, compraron máquinas de Harley Davidson, recorriendo el país con sus chaquetas de cuero. Fueron ex-veteranos de guerra, pilotos en particular, quienes crearon los clubes de motociclistas, cuyo principal símbolo informal era las chaquetas, como personificación de la masculinidad, la temeridad y la rebelión. Esta historia me dará pie para escribir otro post más adelante.
Pero no será hasta 1954, cuando se estrena la película “Salvaje” (The Wild Ones), con un joven Marlon Brando encaramado en su motocicleta con una Schott Perfecto, que la imagen de chico malo cale entre la juventud adolescentes de la época y origine que la chaqueta sea un superventas. Sin embargo, el puritanismo americano no estaba dispuesto a resignarse y consiguió que las chaquetas fueran prohibidas por los sistemas escolares de todo el país. Solo un año después, en 1955, la chaqueta fue de nuevo catapultada a la cima de su popularidad cuando, otro amante de la Perfecto, James Dean, moría en un accidente de tráfico.
(Continua...)