Resumen de crónica para gente con prisa: 30 puertos y una espinita, 4314 km, un litro de aceite y sí, sigo con ganas de montar en moto.
Y ahora la versión extendida:
Salimos el día 1 de agosto hacia Barcelona porque el miércoles tenemos el ferry a Génova. Directos, por autovía, el único entretenimiento es el rato por la N-II adelantando camiones, y sinceramente, había demasiados.
En cuanto al ferry, iba bastante lleno. Pero aún así fue una navegación agradable. Nos habíamos llevado unos bocatas y una ensaladita que nos tomamos en una de las terrazas y por la noche probamos uno de los restaurantes, la pasta estaba decente y no fue caro (24€ los dos). Vimos a varios moteros que viajaban en butaca, con la ropa con protecciones todo el camino! Me impresionó bastante, desde mi punto de vista por la comodidad que te da vale la pena viajar con camarote.
Llegamos a Genova y el desembarco es bastante rápido. Evitamos la autopista y vamos hacia la SS45, que va hasta Piacenza; es una carreterita de montaña supergustosa, con curvas enlazadas, paisaje variado, algunos pueblos pintorescos y casi sin tráfico, un inicio de lujo!
Tras un pequeño enlace por autopista, llegamos al Lago di Garda. La primera parte de la carretera está en la zona más señorial, con casas enormes con árboles que no te dejan ver el lago, algunas alucinantes la verdad. Luego van llegando pueblos más de “estar por casa” pero con mucho encanto, las casas cuidaditas y tramos con playa.
El destino final era el Valle de Fassa, antes pasamos por el Valle del Cembra. Primero montaña con valles escalonados y muchas plantaciones de viñas, manzanos y maíz; más adelante un valle abierto y verde salpicado de pueblecitos. Las casas son de madera, con dos o tres pisos y los balcones llenos de flores. Y hay un montón de funiculares y tiendas de alquiler de equipos de ski.
Nuestro hotel está en uno e estos pueblos, Vigo di Fassa, al llegar lo primero es dedicarle un rato a la moto, revisión del aceite, comprobar la cadena…… luego ya duchita y paseo por el pueblo. Las vistas de los Dolomitas al fondo son brutales.